Servicios / Trabajo Social
martes, 13 agosto, 2024
VIAJAR SIN BARRERAS
Las personas con discapacidad buscan la normalidad en todos los ámbitos de la vida y el turismo no es una excepción.
El turismo y el ocio son aspectos fundamentales en la vida cotidiana, tienen un importante papel en la integración social de los individuos y debe estar al alcance de todos los ciudadanos.
El creciente grado de integración económica y social de las personas con disca- pacidad ha propiciado que puedan participar con mayor frecuencia de las activi- dades turísticas. No obstante, la existencia de barreras y dificultades de todo tipo, que todavía existen, impiden que se puedan mover de manera autónoma e inde- pendiente. Es más, muchas personas discapacitadas no viajan por temor a en- contrar barreras en su destino, lo cual vulnera su derecho de libertad de elección.
La accesibilidad universal es una cualidad imprescindible que deben tener los entornos, productos y servicios turísticos para que puedan ser utilizados de forma segura y normalizada por cualquier persona con independencia de que tenga limi- tadas determinadas capacidades.
A nivel internacional, europeo y nacional, existen diferentes documentos normativos que velan por la garantía de la igualdad de todos los ciudadanos y en especial, de las perso- nas con discapacidad. Concretamente en España existen referencias normativas en este ámbito, en la Constitución Española y en dos leyes específicas:
- Ley 13/1982 de 7 de abril, de Integración Social del Minusválido (LISMI).
- Ley 51/2003 de 2 de diciembre. De Igualdad de Oportunidades, No Discriminación y Accesibilidad Universal (LIONDAU).
Afortunadamente, en las últimas décadas han surgido iniciativas, tanto públicas como privadas, a favor del derecho de las personas discapacitadas al ocio y al turis- mo, y a la igualdad de trato en el mismo, y se han aprobado múltiples disposiciones y reglamentaciones destinadas a lograr un entorno accesible para las mismas, y evitar así que sean objeto de un trato desigual.
El entorno accesible, lejos de utilizarse como elemento de segregación, debe contemplarse como una mejora global para todos los usuarios, tengan una discapacidad o no