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lunes, 26 febrero, 2024
Tratamientos
Hoy en día existen una multitud de enfoques diferentes para la realización de tratamientos, hay diferentes metodologías, modalidades asistenciales, objetivos... todos ellos desarrollados a través de estrategias terapéuticas (psicológicas y sanitarias) educativas y sociales.
La drogadicción es un trastorno complejo que puede involucrar a casi todos los aspectos del funcionamiento de una persona en la familia, en el trabajo, y en la comunidad -.
Por ello en el tratamiento coexisten los planos biológico, psicológico y social. A pesar de que cada profesional debe estar especializado en un área determinada, se constata la necesidad de intervenir desde una perspectiva multidisciplinaria y complementaria.
Podemos distinguir diferentes tratamientos en función de si se realizan en régimen interno o ambulatorio, en función del enfoque psicológico que se utilice, así como por la utilización o no de ayuda farmacológica.
Los programas de tratamiento que no utilizan fármacos son los llamados. Libres de Drogas que eran los más habituales en los años 90. Por otro lado existen los tratamientos (aunque no para todas las sustancias), que se ayudan de fármacos prescritos bajo un rigurosísimo control médico para conseguir inicialmente la abstinencia, posteriormente se va reduciendo el apoyo de estos fármacos hasta que se retira su indicación.
Hay diferentes fármacos utilizados en los tratamientos de drogodependencias:
- Fármacos agonistas o sustitutivos, son fármacos que actúan de forma parecida a la sustancia que la persona tomaba pero con muchos menos efectos secundarios, por ejemplo la metadona (heroína) o los parches de nicotina (tabaquismo).
- Fármacos antagonistas, son aquellos que inhiben los efectos de una determinada sustancia, por ejemplo la naltrexona.
- Fármacos aversivos, aquellos que producen una reacción física muy adversa en caso de que se tome una determinada sustancia, por ejemplo el antabus (alcoholismo).
- Fármacos para aliviar la sintomatología del síndrome de abstinencia como los calambres, mareos, nauseas, alucinaciones...
- Otros utilizados en diferentes fases del proceso para frenar la ansiedad (ansiolíticos), para las personas con patología dual, moderar el craving...
Si hasta hace poco, ambos estilos de tratamiento eran incompatibles entre sí, hoy por hoy la experiencia nos ha demostrado que ante un fenómeno tan complejo no se puede caer en radicalizaciones y hay que orientarse hacia un modelo terapéutico global, abierto y flexible. Abierto y con diferentes puertas de acceso desde varios programas y fases; flexible, como para conferir posibilidades reales de pasar de unos a otros, en función de las realidades, posibilidades y decisiones de cada uno y, evidentemente, de las modificaciones de todas éstas. Ya que hay que tener en cuenta, que ningún tratamiento es eficaz en todos los casos y en todas las circunstancias. Las personas pueden necesitar diversas clases de tratamiento, integrados y coordinados eficazmente en los distintos momentos y etapas de su proceso de cambio.
La elección de un tipo de tratamiento u otro depende de la persona, la situación en la que se encuentre, así como de la evaluación realizada por el equipo de tratamiento. Independientemente de esto los tratamientos se suelen articular en diferentes fases o procesos graduales.
Estos son:
- Desintoxicación: proceso por el cual pasan todos los drogodependientes, y que consiste en la interrupción del consumo de drogas, hasta que su organismo vuelve a su estado normal.
- Deshabituación: Proceso por el que una persona drogodependiente consigue modificar aquellos comportamientos, usos costumbres y actitudes relacionados con su patrón de consumo.
- Rehabilitación: proceso en el que un drogodependiente consigue eliminar, controlar o modificar, las causas que le incitan al consumo, o le mantienen en el mismo. Durante este proceso hay que tener en cuenta las características personales, el contexto familiar y laboral del sujeto y la prevención de recaídas.
- Reinserción: proceso por el cual una persona recuperada de su adicción se incorpora gradualmente a la vida normalizada.
- Además de los tratamientos específicos para las personas drogodependientes existen diferentes programas de ayuda a los familiares de drogodependientes, asesoramiento jurídico, mediación jurídica...
Conclusiones
El consumo de alcohol y/ otras drogas es muy prevalente en el medio laboral.
Se estima que el 10% de los activos laboralmente son bebedores de riesgo (más de 40 gr/día en mujeres y de 60 gr/día en varones), y el 8% son bebedores abusivos y frecuentes. Las prevalencias del consumo de otras drogas se estiman en 27% para el cannabis, 7,5% para la cocaína, 2,7% para las drogas de síntesis y 1% para los alucinógenos. El consumo de heroína es menor del 0,1%. La repercusión que el consumo de alcohol y/o otras drogas, produce en el medio laboral es muy importante, ya que producen importantes perjuicios a la empresa y a sus compañeros, por el aumento de enfermedades, accidentes laborales, absentismo, e incapacidades laborales, junto con disminución de la productividad, y mal ambiente laboral.
Por ello son necesarios programas de prevención y apoyo en relación con el consumo de alcohol y otras drogas en cualquier empresa. Estos programas aportarán información básica de referencia, pautas para plantear actuaciones preventivas, orientación para el abordaje asistencial de los trabajadores con problemas y criterios de derivación asistencial (Tratamientos).