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martes, 13 agosto, 2024
BOMBAS ELASTOMÉRICAS
Las bombas elastoméricas son un dispositivo con un volumen de llenado definido según el fabricante que proporciona la infusión continúa de un fármaco, específicamente ajustado a las necesidades del tratamiento del dolor postquirúrgico o del dolor agudo.
El uso de este dispositivo en el servicio de Hospitalización de Mutua Balear alcanza a los pacientes que suben de quirófano con una bomba elastomérica instaurada o aquellos pacientes ingresados en planta que lo precisen por orden del médico anestesista, normalmente de la Clínica del Dolor.
Se disponen de dos tipos de bombas elastoméricas:
- Una con administración continúa y no modificable
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Otra con administración continúa, modificable y con botón de dosis de rescate.
La bomba con administración continúa y no modificable tiene un volumen máximo de 130 ml y la velocidad de flujo nominal es de 2ml/h. En nuestro servicio el volumen de llenado suele ser de 100ml y su duración es de 48 horas. Su localización es periférica.
La otra, con administración continúa, modificable y con botón de dosis de rescate tiene un volumen máximo de 300ml y la velocidad de flujo nominal puede variar: 5-7-12 ml/h. Además poseen un botón, el cual permite al paciente auto administrarse una dosis de rescate. Al usar este botón administra un bolo de 5 ml de solución y permanece cerrado durante 30 minutos lo que prohíbe al paciente auto administrarse otro bolo antes de 30 minutos. Su localización puede ser periférica o regional y su duración es de 48-72 horas.
Las pautas que se han descrito para el uso de las bombas elastoméricas en Mutua Balear son 4:
- Pauta 1: elastómero IV 100ml a 2ml/h: Tramadol 4 mg/ml + Dexketoprofeno 2mg/ml.
- Pauta 2: elastómero EPIDURAL 300ml: levo-bupivacaina (Chirocane) 1,25mg/ml + fentanilo 2mcg/ml. 5-7-12 ml/h. Bolo 5ml. Tiempo de cierre 30 minutos
- Pauta 3: elastómero Perineural o Regional 300ml: levo-bupivacaina (Chirocane) 1,25mg/ml. 5-7-12 ml/h. Bolo 5ml. Tiempo de cierre 30 minutos
- Pauta 4: elastómero IV: Cloruro mórfico 0,5 mg/ml a 2ml/h.
El Anestesista es el responsable de indicar que tipo de bomba debe instaurarse, también es el que indica la pauta analgésica a preparar y la localización de la bomba, igual que la velocidad de flujo nominal en el caso de las bombas con flujo variable.
En hospitalización, al llegar un paciente de quirófano, la enfermera de hospitalización consulta en la historia clínica del paciente, la hoja de enfermería, en este apartado debe constar si al paciente se la ha instaurado una bomba elastomérica en quirófano y, si es el caso, debe de constar también el tipo de bomba instaurada, la localización y la pauta prescrita.
Así mismo, la enfermera de hospitalización, también debe de consultar en la Historia Clínica del paciente, el apartado de tratamiento, en el cual el médico anestesista debe de haber anotado la pauta elastomérica prescrita al igual que el tratamiento analgésico asociado a dicha pauta y el tratamiento de rescate.
La enfermera debe de localizar la bomba en el paciente y asegurarse de qué está colocada en el sitio adecuado y que está correctamente llenada y purgada. Además debe de comprobar que en la bomba figura la pauta prescrita y que coincide con la prescrita por el médico anestesista.
También, la enfermera debe de explicar al paciente que se le ha instaurado una bomba elastomérica y la función de la misma. El paciente debe de saber que el elastómero debe de estar en posición horizontal sobre el lecho de la cama y que además de la medicación que se le administre por la bomba, tiene pautado una tratamiento analgésico adicional por vía endovenosa y que aún así, si sigue sintiendo mucho dolor, debe comunicarlo y se le administrará la analgesia de rescate.
La enfermera de hospitalización debe de preguntar el grado de dolor postquirúrgico a las 6 horas de subir de quirófano y anotarlo en la Historia Clínica del paciente.
La enfermera de UDA realizará el pase diario de los pacientes registrados en la base de datos de UDA, para el seguimiento de los tratamientos analgésicos invasivos, concretamente de las bombas de infusión elastomérica de morfina vía intravenosa o de catéteres epidurales o perineurales.
El personal sanitario de hospitalización observará una vez por turno el volumen restante del dispositivo y en el caso de que lleve un catéter epidural o femoral, comprobar que el apósito esté bien colocado y que el catéter no haya salido.
La bomba elastomérica se retira cuando lo indique el médico. Si la bomba se vacía hay que informar al médico y este indica si precisa seguir con el mismo tratamiento o si se puede suspender.
Los pacientes ingresados en Hospitalización, que por su dolor agudo son derivados a los anestesistas de la Clínica del Dolor, pueden también precisar la instauración de una bomba elastomérica. En este caso el médico anestesista indica a la enfermera la necesidad de iniciar un tratamiento con bomba elastomérica y de la pauta a seguir, del tipo de bomba y la localización de la misma y queda reflejado en la Historia del paciente tanto por parte del médico como de la enfermera.
Con las bombas elastoméricas se consigue un buen control del dolor leve-moderado en pacientes postquirúrgicos y en paciente con dolor agudo causado por su proceso patológico específico.