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jueves, 28 noviembre, 2024
Congelados
La congelación de alimentos
La congelación de alimentos es una forma de conservación que se basa en la solidificación del agua contenida en estos. Por ello uno de los factores a tener en cuenta en el proceso de congelación es el contenido de agua del producto. La aplicación intensa de frío es capaz de detener los procesos bacteriológicos y enzimáticos que destruyen los alimentos.
Actualmente todos tenemos la posibilidad de congelar los alimentos en casa como medio de conservación, pero debemos plantearnos qué alimentos podemos congelar, cuánto tiempo pueden mantenerse sin perder sus propiedades, así como si lo podemos conseguir con cualquier congelador ofertado actualmente en el mercado.
Respecto al primer punto a tratar, debemos saber que la mayoría de alimentos no cambian de aspecto, textura ni sabor tras la congelación. Otros, los menos, adquieren otra apariencia y consistencia que, si bien, no resultan nocivos para la salud, no son agradables al paladar: por ejemplo lechuga, tomate, pasta, etc. Cómo técnica de conservación debemos saber que en los alimentos crudos o cocinados la congelación debe ser rápida (a temperatura inferior a 18º para minimizar el riesgo de contaminación y de daño estructural). Hay que procurar cubrirlo adecuadamente sin contacto con el aire y en pequeñas porciones para conseguir una reducción térmica uniforme y rápida en la porción a congelar.
No hay que olvidar nunca un adecuado etiquetado donde debe quedar perfectamente reflejado:
- El tipo de producto
- Fecha de cocinado
- Fecha de congelación
Además hay que tener en cuenta la elección del recipiente, pues tras la congelación de los alimentos, estos aumentarán de volumen y, a mayor contenido de agua, mayor expansión.